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3 Formas de Superar la Incomodidad Social

Actualizado: 26 sept 2023

Newsletter de Coaching


Todos nos sentimos un poco incómodos o nerviosos en situaciones sociales.


Así tengas años practicando habilidades sociales o seas super extrovertido, es imposible escapar de la sensación de miedo o inseguridad (es natural)


Afortunadamente, hay varias formas sencillas de manejarlo.


Todos lo hemos experimentado. Estamos en un grupo de personas, en el trabajo o en nuestra vida privada, y comenzamos a sentirnos un poco incómodos.


Tal vez nos sentimos nerviosos, estresados o cualquier otro sentimiento poco placentero.


Cuando esto sucede, muchas personas corren o simplemente se cierran. No dicen mucho, miran su celular, tratan de evitar las interacciones y cuentan los segundos para que todo termine.


O toman otra bebida. Y otra. Y otra...


Probablemente no tenga que decirte por qué ninguna de estas estrategias tiende a ser especialmente buena, ¿verdad?


Entonces, ¿qué hacemos en su lugar?


Bueno, hay muchas otras estrategias que funcionarán mejor. Las mejores tienden a ser a largo plazo, donde trabajamos en nuestra confianza y habilidades sociales para minimizar las veces que esto sucede, pero omitamos esas por hoy.


Hoy pensé en compartir mis tres cosas favoritas y más efectivas para hacer en el momento en que nos sentimos socialmente incómodos o incómodas.


Usa una, dos o las tres en combinación, y por lo general no pasará mucho tiempo hasta que tu incomodidad se reduzca considerablemente, y tal vez incluso desaparezca por completo.


1. Hacer una buena acción.


En 2015, los doctores Trew y Alden realizaron un estudio que mostró que los estudiantes universitarios con ansiedad social que realizaron cualquier acto de amabilidad en situaciones sociales experimentaron una disminución significativa en su deseo de evitar las conversaciones.


Simplemente al hacer algo amable por alguien más, se sintieron más a gusto socialmente.


Con esto me refiero a cosas tan simples como ayudar a alguien si tiene un problema pequeño o dar un consejo.


Esta técnica ha demostrado funcionar bien tanto en las conversaciones como en cualquier otro escenario.


Esto significa que puedes usarlo tanto para ayudarte a sentirte más cómodo en el momento, como para convertir en un hábito realizar actos de amabilidad para reducir tu incomodidad social con el tiempo.


2. Hacer preguntas.


Cuando hacemos una pregunta abierta a alguien (donde la respuesta no será un simple sí/no/tal vez), tienden a suceder muchas cosas positivas. Aquí están las tres más comunes:


En primer lugar, las personas tienden a asumir la mayor parte de la carga de hablar, ya que generalmente lleva más tiempo responder la pregunta que hacerla. Esto te da un respiro y reduce cualquier presión que puedas sentir sobre lo que debes decir.


En segundo lugar, cuando hacemos preguntas a las personas sobre ellas, su experiencia o sus conocimientos, a menudo se sienten apreciadas y respetadas. Esto generalmente los animará a hacer un esfuerzo por devolver ese respeto, y cuando notes que lo hacen, es probable que te sientas un poco más cómodo.


En tercer lugar, cuando hacemos preguntas abiertas a las personas sobre ellas o su experiencia, a menudo nos encontramos con cosas en las que ambos tenemos interés. Cuando eso sucede, a menudo nos distraemos lo suficiente y olvidamos que estamos incómodos (Revisa la técnica 3 para obtener más información sobre esto).


Una buena manera de practicar esta técnica es memorizar algunas preguntas interesantes por tu cuenta. De esa manera, puedes sacarlas cuando las necesites sin tener que pensar en nuevas preguntas en el momento.


Un par de ejemplos de esto podrían ser:

  • ¿Qué es lo que más te gusta de [trabajo, pasatiempo, viaje, evento de vida]?

  • Entonces, ¿Cómo has estado últimamente?

  • Parece que sabes sobre [tema apropiado], me encantaría recibir algunos consejos sobre cómo mejorar en ello.

Crea tus propias preguntas y siéntete libre de idear algunas diferentes para diferentes situaciones.


Es posible que, por ejemplo, desees hacer diferentes preguntas en una cita o con amigos que en una conferencia de trabajo.


Consejo adicional: Escribe las preguntas en tu celular. De esa manera, si no puedes recordarlas cuando las necesitas, puedes buscarlas fácilmente. La gente simplemente pensará que estás revisando un mensaje de texto.


3. Recuerda de dónde realmente viene tu incomodidad.


Si estás inscrito en Socialmente Increíble o haz llevado el programa de coaching 1 a 1 conmigo, ya sabes a lo que me refiero.


Tu nerviosismo, incomodidad, estrés, etc., en realidad no proviene de la situación en la que te encuentras o de las personas a tu alrededor: viene de los pensamientos que tienes sobre la situación o las personas.


Si te sientes nervioso, es porque tu mente te está enviando pensamientos nerviosos. Pensamientos que te dicen cosas negativas sobre las personas, o la situación, o lo que todos piensan de ti, y así sucesivamente.


Y aunque en realidad no puedes controlar estos pensamientos, esto es increíblemente importante de saber.


Verás, si crees que tu incomodidad proviene de la situación o las personas, entonces la única forma de que te sientas más cómodo es que la situación o las personas cambien. (O que te alejes de ellas).


Pero cuando te das cuenta de que tu incomodidad proviene de tus propios pensamientos, todo lo que necesita cambiar es tu propia forma de pensar.


No puedes cambiar el primer escenario, pero sí puedes cambiar el segundo.


Y ese cambio sucederá aún más rápido y con más frecuencia cuando aceptes esta verdad.


Espero te haya servido toda la información que compartí contigo el día de hoy. Y, como siempre, recuerda que eres una persona increíble y que te veré en el próximo blog.


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